viernes, 16 de abril de 2010

Hoy en tu cumpleaños...

no prometo ni morir
pero cumplo el convenio
pactado ante un atardecer con luna
de escuchar un acorde de tu guitarra
de imitar tu sonrisa
de platicar con las estrellas
de cantarte en noches solitarias
de hacer sonar el click de la cámara
de animarte con buenas nuevas
y que el impulso te alcance hasta los primeros rayos de un nuevo amanecer
seguimos rodando, algo así como un día a la vez.

Para el valiente Chikara en su cumpleaños:

domingo, 4 de abril de 2010

Curso nitrox: certificación en barquito.

Y el curso de nitrox prometía una gran salida y no nos dejo hacer comentarios en contra, eramos 7 alumnos, el profe Emmanuel, la mis Norma y Daniel un alumno que iba a graduarse de 1 estrella.
El ambiente se sentía muy relajado, si bien nos citamos a las 6, salimos a las 7 y el tráfico era bastante, el transporte, la ya conocida camioneta blanca, el entretenimiento: "los 400" "el secreo del abiso" y algo mas, yo no aguante mucho, dormí de lo lindo.
Nuestro barquito nos esperaba con ansia, cuando vas a bucear las espectativas son tantas que al menos yo nunca tengo un ideal y lo que encuentro siempre me sorprende, lo que mas me gusta de estas aventuras es que van mas allá de conocer o visitar, están llenas de sentir, te calan hasta los huesos, lo que vives termina corriendo por tus arterias (no me refiero al nitrógeno) y te hace latir a otro ritmo.
Para comenzar había que despojarse del calzado, no se si tiene algún simbolismo, pero prácticamente tuvimos que entregar los tenis. Nadie puso ninguna objeción, ni siquiera Edmundo preguntó por qué.
Tras elegir camarote o al menos tomar posesión de un espacio para dormir, nos leyeron la cartilla, es decir las reglas del juego, no fumar en las partes cerradas, no mear por la borda; avisar en caso de ver fuego o mucha agua donde no debería de estar y... bueno creo que esas son las que mas impactaron. Claro también nos presentaron a la tripulación, Benni, Jorge, El Pollo y por está vez Aleida.
Acto seguido celebramos al doc por su cumpleaños, apenas se reponía del shock, pues no creía que esta vez no iba a tocar tierra por tres días, aún no zarpábamos, pero ya empezaba a temer que aquello iba en serio. Así que circuló el pastel y la pizza, que estaba ¡buenísima!
El Lucía Celeste puso marcha hacia los Morros del Potosi, nosotros nos dedicamos a ver el cielo, buscar constelaciones, ver delfines fluorescentes y si no fuera porque había que sumergirse al otro día, era de esas noches en que vas sacando fuerza de la obscuridad y puedes aguantar hasta el amanecer y la charla se hace cada vez mas amena y los chistes cada vez mas bobos y te diviertes como enano.

Amanecimos en un lugar llamado El Bajo del Veinte, desayunamos sin prisa, el océano pacífico estaba llenos de sorpresas, el agua estaba helada, en nuestro primer buceo, vimos tortugas, unos cardúmenes gigantes, de peces enormes y fuimos unos alumnos muy traviesos, era la primera vez que respirábamos nitrox y la primera vez que nos sumergíamos a 17 ºC, la visibilidad no era nada buena, dominaba un tono verdoso. Y aquel buceo fue una probadita de lo que serian todas nuestras inmersiones, grandes planeciones que tenían asociados buceos con voluntad propia, cada que decíamos -dentro, nos reíamos pensando -qué rumbo tomará ahora. Entre las cosas curiosas que recuerdo está una inmersión en que iba de primer pareja con Loray y acostumbrados a que el oleaje te lleva y te trae y no hay que luchar con él, pues ibamos nadando de control, muy campantes, cuando de pronto Norma cambió de patada y se nos adelantó, y cuando nos dimos cuenta no había nunca corriente a favor, si no le pataleabas te arrastraba, así que a pegarse a la piedra y a mover las aletas, volteé para atrás y los chicos, o sea todas las otras parejas, nos veían desde lejos sin captar que había que nadar más rápido y más rápido, el mensaje fue llegando como teléfono descompuesto hasta el doc y a David que eran los últimos, que según dicen veían como nos alejábamos cual estrella fugaz. Norma buscó y buscó mejores caminos, pero no hubo opción, encontrar un claro para reunirnos y subir ¡y que buena decisión! porque ya me estaba cansando.
Otra cosa chistosa y que pasó mas de una vez es que a Loray le quedaba poco aire y su tanque flotaba, así que en la parada de seguridad tenía que patalear hacia abajo para mantenerse en la profundidad; Como que era algo que no se esperaba porque su consumo es muy bajo, pero con el fío y las corretizas, nada era igual.

Debo aclarar que como esta aventura hubo muchas o tal vez todas, pero el grupo nunca se dividió, funcionó bien nuestra comunicación subacuática y siempre sabíamos a quien se le estaba acabando el aire, nos dábamos cuenta que había que modificar profundidades y tiempos y siempre alcanzamos a jalar a los que andaban distraídos admirando las profundidades oceánicas.

Buceamos también un lugar llamado San Vicente, en Los Morros del Potosí, en el Bajo del la Quebrada, ya de regreso a Acapulco y por último y a petición del público en Palmitas.

Cómo siempre pasa, cada vez te sentías mas confiado al caminar por el barco, dormías mejor con el vaivén o bien cuando el barco iba a toda velocidad (6 nudos), la comida cada vez caía mejor al estómago (lo digo porque al principio me da miedo marearme y me hago de la boca chiquita) y cuando ya te sientes como en familia y además quieres seguir buceando porque vas agarrando confianza en tus movimientos, tu equipo te queda mejor puesto, vigilas tu patada, observas mas allá de los pecesitos que te persiguen, te das cuenta que esa gran roca, tiene musguitos de colores o peces diminutos, que además suelen ser los mas hermosos; es entonces cuando es tiempo de regresar, lo bueno es que la nostalgia no tiene tiempo de invadirte, porque enseguida descubres que tienes que enjuagar el equipo, empacar, entregar el examen, o en el peor de los casos, terminarlo, en fin, de pronto te hallas tomando la foto grupal en la cubierta de un barco que fue tu hogar por pocos días, pero que llevarás tatuado en algún lugar de tu corazón.
Aquí estas fotos para que se acaben de imaginar lo lindo de esta aventura.




P.D.
Algo impresionante que nuca había sentido, es a las ballenas conversar mientras te sumerges por el cabo en un abismo.