La tripulación se duplicó. Dos habitaciones blancas en Tehuacan Puebla fueron nuestra morada por tres días, el primero averiguamos que hacer los otros dos, después de desayunar visitamos el centro, el palacio de gobierno, la catedral, el zocalito y su kiosco y los señores se encargaron de organizar los recorridos turísticos, el primero esa misma tarde:
Comenzó con una caminata con varias paradas que cada quien aprovecho a su manera.
Continuamos hacia la iglesia del Carmen y por último visitamos la planta de Peñafiel, el sol quemaba y obligaba a tomar un refrigerio de la región después del recorrido. Pero llegamos al hotel para nadar y en cuanto nos pusimos los trajes de baño el cielo se puso gris, el aire empezó a soplar y aunque la lluvia nunca se decidió a caer en forma, logró asustarnos lo suficiente como para aplicar el plan B: Ir a comer fuera.
Aquella cena es historia aparte...